Generalmente, cuando hablamos de infertilidad solemos hacer referencia a la infertilidad primaria. A esas parejas que quieres ser papas, llevan meses intentándolo, pero por algún motivo, el embarazo no llega. Sin embargo, hay otro tipo de infertilidad del que se habla muy poquito. La infertilidad secundaria. ¿habías oído alguna vez hablar de ella? La diferencia es que estas parejas ya han sido capaces de tener un hijo (o varios) pero el siguiente, no llega.
Muchas veces nos quejamos del famoso y terrible ¿y los niños para cuándo? Cuando estamos lidiando con infertilidad primaria. Pero ese ¿y cuando vas a darle un hermanito? ¿no le iras a dejar solo al pobrecito? Es igual de hiriente… porque el hecho de tener un hijo, no hace que vivir la infertilidad sea menos doloroso.
Ningún tipo de infertilidad es mejor ni peor. Infertilidad es infertilidad. Lo mires por donde lo mires. Punto.
Los mismos factores suelen confluir tanto en la infertilidad primaria como secundaria. Sin embargo, hay dos factores que priman en la infertilidad secundaria, y que son, generalmente los primeros que vamos a mirar:
El primero, es la edad.
Ya tuve un hijo y ahora no puedo quedar embarazada ¿qué hago?
Cuando intentas tener un segundo, tercer o cuarto hijo, obviamente vas a ser mas mayor que cuando intentaste tener el primero. Y sabemos que la fertilidad es un factor no modificable en fertilidad. Inherentemente nos vamos haciendo mas mayores cada día que pasa. Fisiológicamente, tendemos a ovular los óvulos más fértiles en los 10-15 primeros años tras la menarquia, esa primera regla. Y a partir de ese momento, vamos poco a poco ovulando los óvulos de peor calidad. Pero (siempre hay un “pero”), si bien la edad no se puede modificar, si que podemos modificar la calidad de esos óvulos, a través de la alimentación y el estilo de vida.
Ojo, que esto pasa también en el caso de los hombres. Que parece que somos solo las mujeres las que envejecemos a nivel ovárico, y porque Papuchi pudiera tener un hijo con ochenta y pico años, ya parece que los hombres no envejecen a nivel espermático. Hay estudios que confirman la caída de la calidad espermática también con la edad… aunque no sea igual de pronunciado que nosotras no es excusa para no trabajar en ello.
Según los últimos datos de 2019 se estima que en España entre el 15% y el 20% de las parejas en edad reproductiva tienen problemas para tener hijos, y que en los próximos años se estima que este porcentaje aumentará al 18%-25%. Se estima que la infertilidad secundaria podría llegar a ser incluso mayor que la primaria.
El segundo factor fundamental es el estrés. Tu vida cambia después de tener un bebe. Las noches sin dormir, las preocupaciones, tener que hacerte cargo de esa personita, cuidarle, protegerle, educarle… esa responsabilidad y esa carga, lamentablemente a nivel fisiológico no viene sola. Viene acompañada de una carga mayor de estrés.
Quizás te interese leer mi post sobre si un aborto puede afectar la fertilidad por si necesitas ampliar información sobre este hecho.
Una de las cosas que más veo en consulta con estas mujeres (y parejas) es precisamente esto. Comenzamos la historia clínica y les pregunto por estrés, sueno, ejercicio, alimentación… todas ellas resultan que ser áreas que se han convertido en completamente secundarias… y esto es algo muy difícil de hacer entender a una madre. Que vuelva a ponerse ella primero. Wue encuentre tiempo para descansar, para bajar su nivel de exigencia, para nutrirse, para poder salir aunque sea a caminar todos los días, para organizarse…es un trabajo que no es sencillo. Y es un tremendo contribuyente a esta infertilidad secundaria, y muchas veces el mas menospreciado.
Lo mismo nos pasa a nivel masculino. Hacen falta dos para bailar un tango, y en este caso estos mismos factores (la falta de descanso, el ajuste a la nueva rutina, las preocupaciones, la falta de tiempo para moverse, ejercitarse, la falta de nutrición…) todo ello afecta de manera bestial a la calidad espermática…
¿Cómo abordamos la infertilidad secundaria?
Aunque estemos deseando darle un hermanito a nuestro hijo el nuevo estrés que antes no teníamos, el ponernos a nosotras las ultimas, va a ser uno de los factores principales que va a dificultar ese nuevo embarazo.
Por ello a la hora de hablar de abordar estos casos de infertilidad, en primer lugar, debemos hacer una revisión de todos estos hábitos, qué comemos, cómo y cuánto descansamos, nuestras preocupaciones, nuestros retos, nuestro ejercicio…
Ojo, no pretendas volver a ser la misma que eras antes. Porque no lo eres. Y no lo vas a ser. Y esta bien. Porque tu yo de ahora no es tu yo de antes. Trabaja en encontrar ese tiempo para ti, para cuidarte, ara mimarte para nutrirte, y i lo consideras necesario, trabajar con profesionales que te ayuden al respecto. Pedir ayuda nunca fue mala idea para nadie. Podemos tener una sesión juntas.