Hoy quiero escribir este post aprovechando que es la Semana Nacional de la Concienciación sobre la Infertilidad. (y por “nacional” me refiero a Estados Unidos, que es donde resido). Esta iniciativa promovida por la organización Resolve (National Infertility Association) tiene como objetivo aumentar la concienciación sobre la infertilidad y cambiar el foco de las conversaciones sobre este tema. Y este año lo hace a través de las historias personales de mujeres, parejas y familias que actualmente están lidiando con problemas de fertilidad o que lo han hecho en algún momento de sus vidas y bajo el hashtag #thingsnoonetoldmeNIAW. Asi que hoy quiero contaros mi historia, empezando por mi diagnostico de sindrome de ovarios poliquísticos (SOP) y mi posterior lucha con infertilidad post-píldora.
Muchas de vosotras ya conocéis mi historia. No es muy distinta de las de millones de mujeres… pero me parece importante contarla. Aunque más importante para mí, es compartir con vosotras como conseguí superarla, y las herramientas que me ayudaron en el camino.
El tipo de infertilidad que yo sufrí de inicio, fue un tipo que se llama “Infertilidad Post-Píldora”. Y no puede ser mas “autodescriptiva”. Su propio nombre lo dice. Es la infertilidad que se produce al dejar la píldora anticonceptiva. Tomé la píldora durante 10 años. Empecé con 18 y la dejé con 28, cuando quise quedarme embarazada.
Mi médico me la recetó como tratamiento para el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP). Puedes ver mas informacion sobre SOP en mi post ¿Qué es el SOP y cómo se diagnostica?. Pero principalmente, las mujeres con SOP tenemos problemas para ovular. Por lo que una de las características principales es la de ciclos irregulares. Y por irregulares suelen ser ciclos más largos de lo normal, e irregulares, es decir, distintos unos de otros. Yo, por ejemplo, he llegado a tener ciclos de más de 90 día. Además, este síndrome va asociados a millones de síntomas adicionales, desde aumento de peso o inhabilidad para perderlo, acné, caída de pelo, crecimiento de pelo en sitios donde no debería crecer, piel grasa, dolores de cabeza, cambios de humor, reglas muy abundantes, reglas muy dolorosas… vamos, ¡una maravilla!
Y como la mayoría de los desequilibrios hormonales, el tratamiento más común en la medicina convencional es la píldora.
¿Te suena? Pues bien, te cuento cómo funciona la píldora.
La píldora corta la comunicación entre el cerebro y los ovarios. Es decir, tus ovarios dejan de funcionar, dejan de recibir la señal de que tienen que producir las hormonas sexuales que deben producir, y a cambio, la píldora libera una cantidad fija de estrógenos y progesterona (dependiendo del tipo de píldora) químicas que lo que hacen es básicamente engañar a tu cuerpo para que no genere hormonas naturales. De hecho, el sangrado que se produce con la píldora, no es para nada un sangrado necesario. Es decir, durante la píldora no tienes por qué tener un sangrado, ya que no hay un descamado natural del endometrio, porque no hay producción de hormonas naturales. El sangrado, o la semana de placebo, o descanso, se introdujo posterior al desarrollo de la píldora, y fue porque las primeras mujeres que empezaron a tomar la píldora, se quejaron de que no tener un sangrado mensual les parecía antinatural, e incorporaron esa semana de placebo en la que se produce un sangrado que no es otra cosa que un sangrado químico… pero fisiológicamente, no hay motivo para sangrar. Para mayor información sobre la pildora visita la web de la Doctora Jolene Brigthen, una de las mayores expertas en la píldora)
¿No sabias cómo funcionaba la píldora? Pues ahora quiero que vuelvas a releer el párrafo anterior.
Durante 10 años, mis ovarios no funcionaron. Estuvieron absolutamente parados. ¿Y qué pasa cuando alfo esta está parado durante tanto tiempo (ya sea un coche o tus ovarios)? Pues que dejan de funcionar… y cuando les pides que vuelvan a hacer su trabajo… pufff… les cuesta muuuuuuucho ponerse en marcha. Ahora el cerebro tiene que volver a ponerse en marcha y comunicarse con tus ovarios para que todo el proceso hormonal vuelva a funcionar… pero obviamente, eso lleva tiempo. Los estudios dicen que se tarde una media de ocho meses en que el circuito hormonal vuelva a funcionar. Ocho meses. Y eso es asumiendo que no exista una condición previa anterior. Es decir, mujeres cuyos ciclos eran saludables antes de tomar la píldora, y únicamente la tomaban como método anticonceptivo. Si existía alguna condición previa, la media se va hasta los 14 meses…
Pero hay un problema adicional. Si existía un problema o condición anterior, la píldora, no lo estaba solucionando. Míralo desde este punto de vista. El origen del SOP no viene causado por la ausencia de la píldora anticonceptiva. Y como la píldora no trataba el origen del problema, aquello que estaba haciendo que mis ovarios no ovularan de la manera correcta, cuando dejé la píldora, mis ovarios poliquísticos volvieron… y, además, estas condiciones suelen volver con venganza… como si hubiesen estado esperando su momento para volver a la carga con todo lo que tienen…El SOP como os comenté antes, se caracteriza por la dificultad para ovular, y si no hay ovulación, es imposible que se produzca el embarazo, con lo cual, ya el tener esta condición, te predispone a sufrir de Infertilidad Ovulatoria, que es la causada por la dificultad o problemática en la ovulación y el principal tipo de Infertilidad -alrededor del 80%– (1)
Tras intentarlo durante meses, ir a varios ginecólogos, devolvernos a casa con la típica frase: ”es que estais muy estresados…”, mi fisioterapeuta, a la que iba todas las semanas, me habló de los cambios en la alimentación… y cuando llegas a ese momento en el que ya tienes que elegir hacerte un tratamiento hormonal u olvidarte para siempre, no había nada que perder…
Así, que ahí me puse… ¡y a mi marido claro! Siempre he tenido muy claro que la fertilidad es cosa de dos, así que le he tenido a mi lado en cada cambio que he hecho.
Empezamos siguiendo una Dieta Paleo (2, 3). Que básicamente se centra en eliminar los alimentos procesados, incluyendo los cereales, ya que se consideran procesados (no puedes comer el trigo directamente de la planta, ¿no?). Si os soy sincera, este fue el mayor cambio para mí. Yo ya comía relativamente saludable y hacia mucho deporte. Pero este cambio en la dieta, lo que hizo fue que inconscientemente aumentara mi ingesta de verduras, proteínas y grasas. Es decir, hizo que mis comidas fueran mucho mas equilibradas. Y dio en el clavo. Ya que el SOP tiene un componente muy importante de desregulación de glucosa en sangre (4, 5, 6)
Mis desayunos consistían en pan blanco o integral con aceite o mantequilla y mermelada, a medio día comía casi siempre algún sándwich al salir del gimnasio con una cremita de verduras, gazpacho o ensaladita, y cenaba arroz, o pasta o pescado/carne con patatas al horno… sin darme cuenta de que me faltaba proteína en todas las comidas. Me faltaba grasa buena en todas las comidas y me faltaba fibra en todas las comidas. Y a medida que fui equilibrando mis comidas, mis ovarios poliquísticos fueron mejorando.
Equilibrar mi glucosa en sangre, incluir mayor cantidad de proteina, grasa y fibra en mi dieta asi como cambiar el tipo de ejercicio que estaba haciendo, fue lo que desencadeno mi mejoria… De hecho, los desequilibrios de glucosa son un factor comun a todos los desequilibrios hormonales. Unete a mi newsletter y consigue el Paso #1 que debes tomar para regiular tus ciclos, equilibrar tus hormonas y optimizar tu fertilidad. Es una guia muy sencilla pero muy completa de como regular tu azucar en sangre.
Igualmente, aunque parezco por fuera una persona muy calmada y nadie diría que soy el típico perfil de culo inquieto, la realidad es que mi cabeza va siempre a mil por hora. Soy de las que no deja de pensar ni un solo minuto… de las que esta en una clase de meditación y solo ve pensamientos volar de un lado a otro. No me relajo ni durmiendo, ¡ya que sueño muchísimo! Así que intenté buscar una actividad que calmara mi mente… algo que hiciera que no pesara en otra cosa mas que en lo que estaba haciendo en ese momento…
Intenté meditación, mindfulness, chi-gong, yoga… pero ninguna conseguía ese efecto que buscaba… y de nuevo, guiada por mi fisio, probé a cocinar. Y creedme que no sabia freír ni un huevo…pero siempre me ha gustado mucho comer y soy muy disfrutona… en fin, que me puse a ello. De nuevo, ¿por qué no?
Así que ahí empecé a experimentar. No quiero contaros la cantidad de comida que he tirado a la basura, la cantidad de veces que la he liado petarda, o que he quemado algo, o he cocinado algo que era simplemente incomestible. Preguntadle a Luis…
¡Pero oye! Ahí que me enganché. Porque efectivamente, ha sido hasta el momento la única actividad que ha conseguido evadir mi mente de todo lo demás. Cuando me pongo a cocinar, solo pienso en eso… en ingredientes, sabores, texturas, mezclas… me llenan los olores de las especias, de las verduras salteándose, de los tomates frescos recién cortados… y me da una tranquilidad, una sensación de felicidad que no he encontrado con nada más… y la sensación que se siente cuando alguien prueba lo que has hecho, ¡además le gusta…! A ver, no os penséis que soy una gran chef, de hecho, soy una cocinera muy normaluca, tirando a regular, pero amiga… tengo una gran audiencia…. jajaja y mis hijos y mi marido se lo comen todo…
Y quien me lo iba a decir, ahora, hasta tengo una parte de mi web dedicada a recetas, La Cocina de la Fertilidad.
Quería contaros mi relación con la cocina por dos motivos. El primero, obviamente por la parte nutricional y sus implicaciones en la regulación hormonal y en la fertilidad, pero por otra por el tema del estrés.
El estrés es un gran contribuyente en los desequilibrios hormonales y especialmente en la infertilidad (7). Encontrar actividades que nos ayuden a gestionar ese estrés, momentos del día en que podamos darle a nuestro cuerpo la oportunidad de resetearse y volver a ese estado de relación en el que prima el sistema nervioso parasimpático, el que promueve la digestión, la relajación, la sanación… no solo es importante, sino que es crucial.
Mi cambio fue dramático, pero aún necesité apoyo hormonal para tener a mi primer hijo. Pero se, y más ahora tras haberme formado en ello, que el resultado fue inmediato gracias a todo el trabajo que llevaba detrás.
Mi camino con desequilibrios hormonales no terminó ahí… aun tuve un aborto entre mis dos hijos pequeños, y el cuarto embarazo me costo porque igualmente, a mi cuerpo le costo volver a ser capaz de ovular tras el aborto… y aun así, aquí sigo… lidiando con mis hormonas… tras tener a Ignacio, me diagnosticaron Tiroiditis Post-Parto… que si bien se suele regular pasados los 12 meses, mi cuerpo genero anticuerpos contra mi glándula tiroidea y a día de hoy, aquí me encuentro lidiando con tiroiditis de Hashimoto actualmente…
Los desequilibrios hormonales son una historia permanente… muy pocas veces desaparecen por completo, sin embargo, en la mayoría de los casos, podemos minimizarlos, mantenerlos a raya y vivir una vida completamente normal. Ya sea por ovarios poliquísticos como yo, endometriosis, amenorrea, fibroides… todos los desequilibrios hormonales tienen un origen.
Esta es mi historia, mis historia con SOP, desequilibrios hormonales e infertilidad…y es esta historia la hizo que me embarcara en la aventura de estudiar nutrición, especializarme en hormonas, y hacer de mi misión ayudar a mujeres que están lidiando con algún tipo de infertilidad, para ayudarlas, a través de cambios en su dieta y estilo de vida, a aumentar las probabilidades de llegar a casa con ese bebé tan deseado.