Mis mañanas son rutinarias. Consisten en despertador, levantarme, ir a la cocina, preparar el café, poner la fruta y la verdura en la Thermomix para el smoothie mañanero, llevar las cosas a la mesa y preparar el desayuno. Luego se despiertan los peques, mi marido sale duchado, afeitado y guapo del cuarto y desayunamos todos juntos. Y mientras hablamos con mis suegros por FaceTime voy repartiendo pastillas. Vitaminas, omegas y pro-bióticos para los niños, y más de lo mismo para nosotros. Cualquiera que nos vea diría que somos como abuelitos, con la caja de pastillas… ¡las tenemos de todos los colores y sabores!
Pero en serio, la gente que viene a casa y ve mi cestita preparada con los botecitos, me pregunta que por qué tomo tantas cosas y que si como una dieta equilibrada no debería necesitar suplementación. ¿Pero es eso cierto? Aquí os dejo mi opinión al respecto:
Pues sí, es cierto que a través de una dieta equilibrada obtenemos muchos de los nutrientes que necesitamos, vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales…Pero también es cierto que la calidad de la comida que comemos hoy no es la misma que la comida que comían nuestros abuelos. Los suelos en los que crecen nuestras frutas y verduras ya no tienen los minerales y los nutrientes que tenían, y como consecuencia nuestras frutas y verduras tampoco. Además, el uso de pesticidas y herbicidas ha aumentado en los últimos años, liderado por el famoso glifosato (Roundup) y nuestras semillas están genéticamente modificadas. Los animales criados convencionalmente son alimentados con semillas y otros alimentos que no son propios de su alimentación natural. Las vacas ya no comen pasto ni los pollos gusanos ni semillas del suelo, comen maíz y soja, de nuevo, genéticamente modificada, para después ser tratados con antibióticos por las distintas enfermedades que esto provoca. Sin hablar de las condiciones en las que viven. Todas esas toxinas se acumulan en la grasa y en el músculo del animal, que nos comemos después. Y créeme cuando te digo que un filete de vaca de pastura ni sabe igual, ni tiene la misma textura, pero sobre todo no tiene el mismo nivel de nutrientes que el de una vaca criada de manera convencional.
En general nuestra sociedad esta sobre alimentada y malnutrida.
Incluso con una dieta 100% orgánica y dejando el tema de los costes aparte, no creo que pudiéramos obtener todos los nutrientes que necesitamos aunque quisiéramos.
Para mí la suplementación hace de eslabón entre lo que obtenemos de nuestros alimentos y lo que necesitamos para una salud óptima. Me gusta pensar que la suplementación tiene tres funciones básicas:
- Sustituir: Utilizamos suplementación para sustituir elementos de los que carecemos. Por ejemplo, una falta de producción de enzimas digestivas lleva a varios problemas digestivos. Suplementar con enzimas en esos casos es buena opción.
- Estimular: Ciertos nutrientes, minerales y vitaminas, estimulan distintas funciones en nuestro organismo. Por ejemplo, la vitamina D está ligada a la regulación del sistema inmune.
- Apoyar: Utilizar suplementación para apoyar ciertos procesos que no están funcionando como debieran. Por ejemplo apoyar el proceso de metilación a través de sus cofactores, como vitaminas del grupo B, folato, glutatión, vitamina C…
No soy partidaria de tomar pastillas a lo loco y sin sentido y nunca lo recomiendo. Me parece una pérdida de dinero, de tiempo y además puede ser hasta contraproducente en ciertos casos. Pienso en la cantidad de dinero que se gasta la gente en pastillas siguiendo las últimas modas o el último famoso que las publicita pensando que por tomarlas van a tener el mismo cuerpo, o van a desaparecer las arrugas o van a tener la misma energía y me pongo mala. MEN-TI-RA.
Para saber si necesitas apoyo o estímulo en alguna función o proceso específico, debes trabajar con un profesional cualificado, preferiblemente profesional del mundo de la medicina o nutrición funcional, para entender tu caso particular. Todos somos diferentes. Acordaros de la bio-individualidad.
Dicho esto sí que creo que hay ciertos estándares básicos de suplementación que todos podemos cumplir con pocos, o ningún efecto secundario. Comparto con vosotras nuestro caso particular:
- Un buen complejo multivitamínico: De un buen laboratorio, cuyos ingredientes sean reales, bio-disponibles, y no de derivados químicos.
- Un buen suplemento proteico: En nuestro caso utilizamos colágeno. Es bueno para las uñas, el pelo, la piel y las articulaciones, pero sobre todo y lo más importante, es bueno para la mucosa intestinal. Y el 70-80% de nuestro sistema inmune está localizado en nuestro intestino, así que debemos cuidar de él.
- Pro-bióticos: Un buen pro-biótico (bacterias) así como la ingesta de pre-bióticos (comida para esas bacterias) es necesario para una buena salud intestinal así como sistema inmune. El estrés, el uso de antibióticos, antiinflamatorios, antiácidos, organismos genéticamente modificados, grasas trans y azúcares refinados entre otros factores alteran nuestra flora intestinal. La suplementación con pro-bióticos es una buena manera de mantener a raya a estos bichitos que tanto nos ayudan. Eso sí, ¡ojo! porque no todos los pro-bióticos son iguales, hay mucho producto con bacterias que no pasan los ácidos del estómago y nunca llegan a colonizar. Y también ojo a la hora de suplementarse porque pueden causar malestar digestivo sino se utilizan las cepas adecuadas para tu situación particular. Por eso es tan importante trabajar con un profesional cualificado.
- Vitamina D: Lamentablemente no podemos obtener toda la cantidad de vitamina D que necesitamos a través de la comida y nuestra exposición al sol es cada vez más limitada. La vitamina D se debe tomar junto con la Vitamina K en especial MK-2 y/o MK-7 para su absorción ya que actúan sinérgicamente.
- Omega 3 (ALA, DHA y EPA): Son ácidos grasos esenciales, lo que significa que nuestro cuerpo no los puede producir por sí mismo y debemos obtenerlos de fuentes alimentarias. Sardinas, salmón, anchoas, boquerones, linaza, nueces y semillas son algunos de los alimentos más ricos en omega 3. Sin embargo en nuestra dieta, incluida la mediterránea cada vez comemos menos alimentos de este tipo, o al menos no los suficientes para llegar a la cantidad mínima recomendada.
- Magnesio: El magnesio es un cofactor necesario en al menos 350 procesos enzimáticos y nuevamente no somos capaces de obtener todo el magnesio que necesitamos a través de nuestra dieta. La suplementación con magnesio por la noche, además puede ayudar con problemas de sueño e incluso aliviar problemas de estreñimiento.
Estos son los que no faltan en mi casa. Nuevamente, antes de comprar y empezar a tomar nada, trabaja con un profesional para ver que requerimientos específicos necesitas en tu caso particular. Nunca compres o tomes nada sin hablarlo con tu médico o profesional de la salud.