Esta receta es estupenda tanto para esos días calurosos de verano como para estos días en los que empezamos a ver los primeros resquicios del otoño pero aun nos aferramos a esos últimos rayos de sol y calor…
Es rica, es fresquita, es súper fácil de hacer y el mango le da un toque distinto, más dulce que el gazpacho tradicional y una cremosidad que no te esperas. Esta receta es una adaptación de un salmorejo maravilloso que hacen en un restaurante muy conocido en Madrid. Cuando vivía allí, comprábamos en la misma frutería y la frutera un día nos revelo secreto. Un mango por cada kilo de tomates. Si bien, yo no soy fan del salmorejo por el pan que lleva, decidí probarlo con el gazpacho y el resultado es igualmente delicioso.
Ingredientes (para 8 personas):
- 1 diente de ajo
- Medio pepino
- ¼ pimiento rojo
- 1 kg de tomates maduros (a mí me gustan los tomates tipo pera para el gazpacho)
- 1 mango jugoso
- 1 cucharada de sal
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Vinagre al gusto
Paso a paso:
- Lavamos y cortamos el pepino en cuadraditos
- Lavamos el pimiento, retiramos las pepitas y cortamos.
- Lavamos los tomates y los cortamos en cuartos.
- Pelamos el mango y los cortamos en cuadraditos.
- Ponemos el ajo, el pepino, el pimiento, los tomates y el mango en una batidora a máxima potencia durante 3 minutos. Probamos de sal y ajustamos en caso necesario.
- Añadimos las cucharadas de aceite de oliva y damos res toques a turbo, de unos dos segundos cada uno.
- Utilizando un colador, colamos el gazpacho.
- Lo dejamos enfriar un mínimo de 4 horas en la nevera.
- Servimos frio.
Mi recomendación es echar un chorrito pequeño de vinagre justo al servirlo (mi preferido es el de sidra de manzana, pero cualquier vinagre de tu gusto vale). Si echamos el vinagre en la mezcla, el gazpacho no va a durar tanto tiempo en la nevera.