Antes de enseñarte cuáles son los signos de la ovulación que te ayudarán a detectar tu momento más fértil, quiero dejar asentado un concepto super importante. La ovulación es el evento más importante del ciclo menstrual. No. No es la menstruación como se solía pensar. Es la ovulación.
Por varios motivos. El primero porque es que la ovulación es la forma en que las mujeres producir progesterona y si has leído otros artículos anteriores, sabrás que el ciclo menstrual es un baile hormonal en el que estrógenos y progesterona se complementan otra. La progesterona es la hormona de la pro gestación, la hormona del embarazo, por lo que, sin progesterona, el embarazo no puede ocurrir, y sin suficiente progesterona, el embarazo, no se puede mantener.
Aprende a detectar tu momento más fértil
La progesterona además tiene muchísimos otros papeles más allá que la del embarazo. Se trata de una hormona super calmante y relajante, nos proporciona esa sensación de calma y tranquilidad en esa segunda mitad del ciclo, nos ayuda en los procesos inflamatorios, protege nuestro cerebro y nuestro corazón, participa en el metabolismo óseo y salud de nuestros huesos, en el metabolismo de la glucosa, y, sobre todo, compensa los efectos del estrógeno.
Sin embargo, no todas las mujeres son conscientes de si ovulan o no ovulan, ni de cuando lo hacen, ni de si lo hacen todos los ciclos. Si estás además en un proceso de búsqueda activa de embarazo, saber cuándo ovulas es crucial, ya que el óvulo sólo puede ser fecundado sólo en las siguientes 12-24h de producirse la ovulación. Identificar ese momento nos va a ayudar a identificar esa ventana fértil en cada ciclo y poder maximizar nuestras posibilidades de embarazo.
¿Cómo podemos saber si ovulamos?
Signos de la ovulación que ayudan a detectar tu momento más fértil

Cambios en el moco cervical:
El moco cervical es producido por las células del cérvix. Este moco cervical va cambiando de consistencia, cantidad, color y estructura en respuesta a los niveles de hormonas a lo largo del ciclo. Los niveles en aumento de estrógenos debidos al desarrollo folicular van a ir haciendo que el moco cervical pase de prácticamente inexistente tras la menstruación, a un moco elástico y transparente conocido como moco “clara de huevo” justo antes de la ovulación. El moco cervical es muy importante ya que va a determinar cuál es nuestra ventana fértil. Esto se debe a que es precisamente este moco cervical y sus características, el que permite sobrevivir al espermatozoide dentro de la vagina vivo hasta 5 días, esperando a que la ovulación tenga lugar y pueda fecundar el óvulo. Por ello la ventana fértil no se limita a esas 12-24 horas que el óvulo permanece vivo, sino a esa ventana más esos 5 días previos.
Cambio en la sensación vulvar:
No todas las mujeres son capaces de ver o distinguir los distintos tipos de moco cervical. Sin embargo, sí que las mujeres solemos distinguir bastante bien lo que llamamos sensación vulvar. La vulva es la parte externa de la vagina, la que está en contacto con la braguita. Los cambios hormonales y la mayor producción de estrógenos en la primera mitad del ciclo van a hacer que el flujo vaginal se vea alterado y eso hace que lo que sentimos nosotras a nivel vulvar cambie. Lo normal es que a medida que nos acercamos a la ovulación empezamos a notarnos más húmedas, más mojadas, más lubricadas, más resbaladizas… incluso podemos ver que la braguita está húmeda… esa sensación de lubricación, de humedad, es precisamente indicativo de ventana fértil.
Posición cervical:
Otro de los biomarcadores que podemos utilizar para saber cuándo ovulamos es la posición del cérvix. Durante el ciclo menstrual el cérvix cambia su posición y su firmeza. En la primera mitad del ciclo, el cuello uterino está bajo y firme, mientras que en la ovulación se sentirá más blando y alto. Aprender a entender esta sensación de la posición del cérvix puede ayudarte también a identificar cuando se acerca la ovulación y cuando estás en tu ventana fértil.
Aumento de la hormona luteinizante (LH):
La hormona luteinizante (LH) se eleva justo antes de la ovulación, es lo que llamamos pico de LH y es precisamente este pico el que le va a mandar la señal al cerebro diciéndole que el folículo es lo suficientemente maduro para ovular. Las tiras de ovulación miden precisamente este pico de LH y lo que nos van a indicar es que una vez den positivas, probablemente la ovulación ocurra en las 24-48h posteriores.
Ojo, porque ninguna de las anteriores nos va a confirmar que ha habido ovulación, sólo nos van a ayudar a predecir si la ovulación está cercana o es inminente.
Otros síntomas que podemos notar, que son muy individuales y no les pasan a todas las mujeres son los siguientes:
Molestias en la ovulación:
Durante la ovulación, algunas mujeres experimentan un leve dolor o punzada en un lado de la parte baja del vientre. Esta molestia recibe el nombre de “Mittelschmerz”, que significa «dolor en el medio» en alemán. La causa de la molestia es la liberación del óvulo por el ovario que se trata de un proceso inflamatorio mediado por nuestras amigas las prostaglandinas y la duración puede variar desde unos minutos hasta varias horas.
Aquí quiero incidir mucho en que se trata de una molestia y no de un dolor incapacitante ni que mucho menos requiera de la toma de fármacos. Si esto ocurriera, entonces habría que investigar qué es lo que está pasando porque no sería normal.
Manchado:
Durante la ovulación, algunas mujeres pueden presentar manchas claras o flujo marrón. Se conoce como hemorragia ovulatoria y se produce cuando el ovario libera un óvulo. Normalmente es leve y de corta duración, e igual que con la anterior, si es un sangrado rojo, brillante y duradero, hay que ir al médico a revisar porque no se trataría de un manchado sino de un sangrado y no sería normal.
Aumento de la libido:
Por último, justo antes de la ovulación se produce un aumento de la testosterona. La naturaleza es muy sabia y entre otras cosas, juega a nuestro favor, ya que este pico de testosterona suele venir acompañado con un aumento de la libido. Nuestro deseo sexual se ve potenciado para precisamente eso, buscar la interacción sexual de cara a lograr un embarazo. Por eso es normal que tengamos más apetito sexual en los días previos a la ovulación.
Y por último, una vez se ha producido la ovulación veremos una aumento de la temperatura basal:
Aumento de la temperatura corporal basal:
La temperatura corporal basal (TCB) es la temperatura del cuerpo en reposo. ¿Y por qué aumenta tras la ovulación? Pues porque la progesterona tiene un efecto termogénico en el cuerpo. En el fondo, no somos muy distintas a las gallinas cuando incuban los huevos… pero la temperatura basal se eleva después de la ovulación, no antes.
Con lo cual no nos sirve como predictor de la ventana fértil, sino como método de confirmación. Es decir, uniendo los cuatro factores iniciales (moco cervical, sensación vulvar, posición del cérvix y pico de LH) podemos identificar la ventana fértil y predecir cuándo se va a producir la ovulación, pero hasta que no se eleve la temperatura no vamos a ser capaces de confirmar que esto ha ocurrido y ver si efectivamente, fuimos capaces de aprovechar al máximo esa ventana.
Lo ideal es que vayas apuntando y registrando estos biomarcadores y que trabajes con alguien que te enseñe a interpretarlos ya que no es tan fácil como parece. Hay distintos métodos para hacerlo, yo personalmente utilizo y enseñó el método sintotérmico en el que vemos tanto moco como temperatura basal y metemos a veces posición del cérvix y tiras de LH como complemento. En tres o cuatro meses de registro continuado y ayuda de un profesional o monitor, serás capaz de encontrar tus patrones e identificar tu ventana fértil.
Por si te sirve de ayuda, te dejo una serie de artículos que pueden venir en tu ayuda si estás buscando quedar embarazda: